viernes, 7 de agosto de 2009

A mi amiga

Llevábamos viviendo 54 años puerta con puerta, viéndonos con solo salir a la calle. ¿Te acuerdas cuando llegaste aquí de tu tierra? Éramos al principio muy pocos vecinos. Yo llevaba como un mes cuando tú llegaste, traías hijos, yo también, se hicieron pronto amigos, jugaban, iban al colegio juntos y así también surgió la amistad entre nosotras. Muchas veces iba a tu casa (de aquella no se cerraban las puertas) y te encontraba llorando, me daba mucha pena verte así, echabas de menos tu tierra y aunque tenías aquí a tu marido e hijos, habías dejado mucho atrás: madre, hermanos, etc. etc. Te consolaba pero acababa llorando yo también, mi familia estaba a 20 minutos en tranvía pero también los echaba de menos, por eso té comprendía pues tu venias de lejos de otro clima y otro ambiente, todo con el tiempo fue pasando y con mucho trabajo fuimos criando a los hijos, se hicieron mayores, gracias a Dios salieron buenos chicos, tanto los tuyos como los míos, se casaron y quedamos solas, aunque eso sí, siempre pendientes de nosotras. ¿Qué te pasó amiga mía? ¿Te cansaste de vivir?, un día temprano pediste un taxi y te fuiste a sabiendas de que jamás volverías. Cuanto te echo de menos, cuando salgo a la calle miro tu casa vacía y me entra una pena inmensa.El otro día salió como todos los años nuestro Cristo a la calle, lo acompañe un rato (pues mis piernas no pueden hacer ya todo el recorrido) me emociona siempre ver la cantidad de gente que lo acompaña, gente mayor y también mucha juventud, parejas jóvenes con sus cochecitos de bebés, en fin, esta Fe que no muere, sino que se incrementa año tras año. Cuando el Cristo pasó a mi lado surgieron mis lágrimas contenidas pensando en ti, amiga mía y le pedí que te llamara a su lado, para que puedas encontrar la paz. Adiós para siempre vieja amiga.

No hay comentarios: