viernes, 7 de agosto de 2009

Un viaje por Venecia

Hice un viaje a Venecia invitada por unos familiares que viven allí, y la verdad es que lo pase estupendamente, Venecia me encanto, es una ciudad hermosa con edificios maravillosos y no digamos nada de la Basílica de San Marcos, eso es una joya, pero que les voy a decir a ustedes, muchos ya la conocerán personalmente y otros por reportajes y fotografías, así que voy a contarles de otros sitios menos conocidos, pero también dignos de ver por su belleza y significado.
A los pocos días de llegar empezaron con la vendimia, también fue una experiencia bonita, pues aunque parezca mentira no estuve nunca trabajando en una, bueno trabajar, trabajar es un decir, pero ayude que ya es bastante.
Un día por la mañana me dice Julio, mi primo, que me van a llevar a ver un monte que está a unos 5 km, pensé que un monte poco tendría que ver, pero bueno, allá nos fuimos, el día estaba radiante y la verdad apetecía salir a pasear. Paró el coche delante de un bar en la carretera y entramos a tomar algo, era ya media mañana, nos hicieron un gran recibimiento, pues eran amigos, me presentaron a todos, charlamos un poco y nos fuimos, no sin antes encargar la comida cruzamos la carretera y empezamos la subida al monte, quede maravillada de lo limpio y cuidado que estaba, senderos con escaleritas para subir todo perfecto hasta que llegamos a un lugar donde había un gran monolito de piedra y encima una gran bota de alpinista, también de piedra , Julio comenzó a contarme que aquel monte pertenecía a una sociedad de alpinista de la que él era socio, así como el bar y otros que también estaban allí todos pagaban una cuota y todos los meses se formaban grupos para ir a limpiar y cuidar todo aquello, un día al año hacían una fiesta campestre y acudía gente de muchos lugares del entorno, llevaban la comida y pasaban allí el día en amigable camaradería, por la mañana tenían una misa púes un poco más arriba tenían una capilla, Julio abrió la puerta, pues en el bar tenía la llave, y entramos, muy sencilla solamente tenía un gran Cristo y abajo en el suelo delante del altar una réplica de la bota que vimos al subir, pero ésta más pequeña, salimos y seguimos andando por aquel paraje precioso, pequeños puentes de madera que cruzaban pequeños riachuelos de aguas cristalinas, bancos para descansar, de los que yo hice bastante uso, en fin, un paseo maravilloso.
De pronto nos encontramos en un paraje que me quede sobrecogida, toda aquella parte del monte estaba llena de pequeñas lapidas de piedra clavadas en el suelo, delante una planta pequeña con flores , las había de todos los colores, azules, amarillas, rojas, pero las que más abundaban eran las blancas es la típica de la región, cuando una moría enseguida plantaban otra, entonces Julio me explico que allí no había nadie enterrado era solo simbólico, en cualquier lugar del mundo donde muriera de accidente un alpinista, le mandaban los datos a ellos y entonces ponían la lapida con su nombre, fecha y lugar donde murió, había de todas las nacionalidades, incluso claro española.
Me pareció una cosa bonita para contarles, pues a mí la verdad que me sorprendió bastante por eso les decía al principio que Venecia me encantó. Que hay por el mundo cosas muy interesantes y curiosas de las que nada sabemos y que también son dignas de ver.

No hay comentarios: