domingo, 4 de octubre de 2009

Nostalgia en otoño

Hojas del árbol caídas
juguetes del viento son:
las ilusiones perdidas,
¡ay!, son hojas desprendidas
del árbol del corazón.

(J. de Espronceda)

Ya llegó de nuevo el otoño a Galicia, ya los campos mudan sus colores verdes por ocres y amarillos dando una sensación placentera a nuestra vista, las hojas de los árboles van cayendo lentamente con suavidad, pacientemente; por los montes corren cual hilillos de plata las pocas aguas que el verano nos ha dejado, bajan despacio sin hacer ruido uniéndose a la naturaleza, en donde todo es paz y silencio. Pronto bajaran sus aguas caudalosas en busca del río y regando a su paso las tierras de labradío.
También el mar se une a este silencio, sus olas ya no hacen ruido, besan tranquilas la arena y se van muy dulcemente.
En mi corazón, también hay silencio, recordando los otoños que he vivido y me invade la paz por el tiempo transcurrido y recuerdo mi niñez llena de momentos lindos, recuerdos de mi juventud (aunque poco la he vivido), pronto fui madre y fue la mayor satisfación que he tenido en mi vida, y ahora al cabo de los años de tantos otoños vividos aún sigo emocionándome esta paz que mi corazón en otoño siempre he sentido. Quisiera que al dejar de vivir cuando Dios haya elegido, que fuera también en otoño, otoño dulce y tranquilo.